viernes, 10 de mayo de 2019

¿Qué será de mí? - Relato



- ¿Qué será de mí?- Se preguntaba Candela mientras miraba el mar. 

El mar la había acompañado durante toda su vida. Aquel mar  había limpiado sus lágrimas, ese manto de arena fina había abrazado su cuerpo, aquellas olas habían sido testigo de su primer y único amor.



Ahora que todo había acabado, allí estaba ella, sintiendo la brisa del mar pegando en su cara. Las olas rompiendo en la orilla mojaban sus pies para recordarle que no estaba sola.

Candela seguía caminando por la playa, sin rumbo fijo, ella solo andaba y andaba y tras de sí dejaba un camino de huellas, de sus huellas, aquellas que le recordaban que el pasado está pisado y que debía dejarlo atrás, pero por alguna extraña razón Candela no sabía como avanzar, sabía que aquel no podía ser el final de la historia de amor más bonita que había podido imaginar nunca.

Llegó a la cala que siempre compartía con ella, era su rincón, su refugio, allí donde las dos habían abierto sus corazones de par en par. En la parte de atrás había unas rocas en forma de asientos y allí podían pasarse horas entre risas, juegos, y amor, mucho amor.  El sol caía dejando una estampa única de colores rojizos, naranjas y amarillos entre mezclados con un azul cielo que lo hacía indescriptible, se fue directa para su rincón, el que compartía con Lía, dio play a spotify y sacó su libreta, era el momento de escribir todo aquello que no podía verbalizar con palabras.

Al abrirla cayó un trozo de papel de color rojo en forma de corazón y en él ponía unas pistas para llegar a un sitio donde se supone que había algo escondido. ¿Quién había puesto aquello allí? La libreta siempre había estado con ella, nunca dejaba que nadie la cogiera, bueno excepto Lía ¿Habría sido ella? ¿Cuánto llevaba ese papel ahí? ¿y no lo había visto? ¿Qué sería lo que había tras esas pistas? No podía esperar para descubrirlo así que se puso manos a la obra.

En el papel había como un plano, se entendía perfectamente que hablaba de la playa, de la roca en forma de asiento, pero había dibujada una estrella, una estrella a la que Candela no encontraba sentido. No recordaba haber visto por allí ninguna estrella y por más que miraba a su alrededor no veía nada. Buscó por toda la playa durante un buen rato pero era en vano, miro el papel mil veces por si se le había pasado algo, cansada de buscar y no encontrar nada se sentó sobre la roca, en el sitio que solía ponerse Lía a ver si así algo la iluminaba y encontraba la respuesta. El sonido del móvil la sacó del bucle en el que se estaba metiendo pero al agacharse a coger el bolso vio como a los pies de su roca preferida había una estrella rayada como con una piedra, a la que le seguía una flecha que le indicaba el lugar que había estado buscando durante toda la tarde.



Se puso a escavar sin descanso y encontró su tesoro. Tenía miedo de abrirlo pero sabía que no aguantaría sin hacerlo así que se dispuso a ello. Abrió un pequeño cofre de madera decorado con unas pequeñas conchas y caracolas, estaba convencida que eran de aquella playa, Lía sabía lo que amaba todo lo referido al mar. Dentro de esa cajita había un reloj y una carta en la que decía:

"Escogí la estrella como símbolo de luz, mi luz, Tú. El reloj representa el tiempo, el tiempo que nos queda por estar juntas. Espérame, pronto entenderás todo. Te quiere Lía" 





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